“Ha sido un milagro”. Con esa frase tan contundente aludían esta misma mañana comerciantes de la Calle Mayor al suceso acaecido sobre las 11:00 horas cuando una de las farolas situadas frente al claustro de la Catedral se ha descolgado de su anclaje para ir a estrellarse sobre la misma vía sin causar daños, por fortuna, personales. En ese mismo instante, un grupo de niños pequeños transitaba por la zona en excursión. Según relatan las mismas fuentes, la presencia de un coche fúnebre estacionado contra la pared del mismo lado en el que se encontraba la farola siniestrada, ha empujado a los pequeños a caminar por el lado contrario evitando así una auténtica tragedia. Hasta el lugar, alertados por los propios comerciantes, se han desplazado agentes de la Policía Local y, con posterioridad, operarios municipales, quienes, según cuentan las mismas fuentes, van a proceder a instalar una sujeción adicional y provisional sobre la otra farola, compañera a la accidentada, y a revisar una a una el resto de las existentes en la céntrica calle salón.
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