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«Pasamos horas de verdadera angustia con la rotura del río»

Almoradí es uno de los municipios afectados por el reciente episodio de lluvia e inundación en la Vega Baja. Su alcaldesa, María Gómez, asegura haber pasado unos días «muy difíciles» por la situación vivida en la localidad.

Pregunta. ¿Esperaban algo como lo sucedido estos pasados días?
Respuesta. Temíamos, especialmente, por nuestra pedanía del Saladar, porque está en la parte más baja y es donde confluyen varias acequias. El viernes ya subió el agua y tuvimos que evacuar a vecinos porque se inundaba la huerta y las calles. Pero lo que no estaba previsto era que el río se rompiera y eso cambió la situación porque empezó a inundarse el polígono Las Maromas y calles del pueblo. Pasamos muchas horas de verdadera angustia hasta que conseguimos reparar esa rotura.

P. ¿Existe precedente de alguna situación similar tan devastadora en la localidad?
R. De riadas, creo que no tan importante como esta en los últimos cien años. Además, afortunadamente, en esta ocasión, no hemos tenido que lamentar aquí víctimas mortales.

P. ¿Cuantas familias se han visto afectadas en esta ocasión?
R. Una primera estimación nos hace pensar que pueden haber sufrido daños entre 800 y 1.000 viviendas, más unas 200 empresas. Con todos habrá que estudiar posibles soluciones y ayudarles.

P. ¿A donde se pueden dirigir las personas afectadas para reclamar ayudas por daños?
R. Hemos habilitado una oficina en la planta baja de la entrada porque hay más comodidad. Trataremos de atender a todos y cuantificar los daños en estos 15 días de plazo.

P. ¿Han calculado ya cuál sería el perjuicio económico para el municipio?
R. La primera cifra que hemos barajado en el Ayuntamiento no bajaría de los 13 millones de euros en daños a la red de agua potable y alcantarillado e infraestructuras, a lo que habría que sumar las pérdidas en el sector agrícola y los daños en viviendas y empresas, con lo que la cifra es cuantiosa.

P. ¿Le han transmitido ya cómo de afectada está la huerta almoradidense? Hay que recordar los importantes cultivos del producto estrella que es la alcachofa.
R. Por las noticias recibidas tememos que se haya perdido casi todo. Nuestra huerta ha estado prácticamente bajo el agua y con mucho barro. No sé lo que se va a poder salvar de la cosecha. Para este invierno lo dan casi todo por perdido.

P. ¿Cuál sería la solución para evitar que esto se repita?
R. Hay que valorar cómo han respondido las infraestructuras y es competencia de las administraciones regional y nacional. Por ejemplo, la AP-7 no debe actuar como dique y todos los azarbes y acequias que llegar al Saladar suponen un peligro cada vez que llueve. Hay soluciones hidráulicas que se deben acometer, como desvíos, encauzamientos, parques hidráulicos, contenciones de agua… y, por supuesto, que el río Segura debe recibir un mejor mantenimiento. No se puede tolerar lo que ha pasado.

P. ¿Le parecen suficientes las ayudas anunciadas por el gobierno valenciano y el central?
R. Me parecen totalmente insuficientes y reclamaremos lo que sea necesario. Hay cultivos que no están asegurados y necesitan ayuda.

P. ¿Hay pensado algún plan municipal para la recuperación?
R. Estamos esperando a ver las actuaciones de los gobiernos autonómico y central. A donde no lleguen, veremos cómo podemos mejorar con la aportación municipal. Queremos ver de qué forma actuamos para que las viviendas que deban ser reparadas no paguen el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO) porque se trata de obras de emergencia. Puede que también estudiemos alguna medida para ayudar a las empresas perjudicadas.

P. Como en otras localidades afectadas, sus vecinos y quienes han venido a ayudar han dado ejemplo de solidaridad.
R. Estamos muy agradecidos a los cuerpos y fuerzas de seguridad, a Cruz Roja, asociaciones y empresarios y trabajadores que estuvieron reparando el río sin descanso. Además, la gente se ha volcado para limpiar las casas de sus vecinos y hemos recibido ayuda de personas voluntarias de otras localidades de la provincia. Llegan donaciones de toda España para ayudar a las familias más perjudicadas y es realmente la parte amable de una desgracia como esta que la Vega Baja no esperaba. El pueblo de Almoradí siente que no está solo ante este desastre y ahora toca afrontarlo y trabajar para salir adelante.

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