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Orihuela intenta recuperarse de una devastadora ‘gota fría’ que siembra el caos en ciudad, pedanías y costa

Orihuela y la Vega Baja siguen en estado de shock días después de producirse la mayor inundación desde la riada del día de Santa Teresa del año 1879, que dejó más de 1.000 muertos entre Murcia y la Vega Baja del Segura.

En esta ocasión, en Orihuela se han superado los 500 litros por metro cuadrado, un dato que pulveriza el registro de la riada que se produjo en 1987, cuando se recogieron 322 litros en la localidad, pero también supera los 200 litros por metro cuadrado que provocaron la inundación de diciembre de 2016.

La ya conocida como ‘riada de Santa María’, por producirse el 12 de septiembre, día de la Virgen María, ha sido desoladora no solo para Orihuela, sino para toda la comarca de la Vega Baja, sin excepción.

La peor consecuencia es la pérdida de vidas humanas y, por el momento, ya hay que lamentar el fallecimiento de tres personas, un vecino de Orihuela que fue hallado en una zona de campo en la pedanía de La Matanza, otro de Redován, cuyo cuerpo aparecía en Benferri y un tercero, que había desaparecido en Dolores y ha sido encontrado en un canal de riego de San Fulgencio.

Algunas calles del casco urbano comenzaron a inundarse ya durante el jueves como consecuencia de la lluvia, pero fue el viernes cuando se produjo el primer desbordamiento del río Segura que llevó más agua a otras zonas del casco urbano y comenzó a elevar el nivel en pedanías como El Escorratel y Molins, donde se alcanzó 2 metros, pero también en El Badén, La Campaneta, La Matanza, La Aparecida y Raiguero de Bonanza.

La costa también sufrió el azote de la ‘gota fría’ que ‘borraba’ playas en Campoamor y La Zenia, abría boquetes en paseos marítimos como el de La Glea y Cala Capitán, y dejaba calles inundadas. ‘Y en la ciudad, los vecinos de la Plaza de Santa Lucía vieron como se derrumbaba un viejo edificio en ruinas.

Las carreteras comenzaban a sufrir cortes de tráfico y el municipio quedaba aislado. El Ayuntamiento activó el Centro de Coordinación de Emergencias (CECOPAL) que coordinó los primeros rescates de vecinos atrapados por el agua, entre ellos, 25 usuarios de la residencia del Centro Ocupacional Oriol. Aquella noche de viernes fueron 65 las personas acogidas en el albergue provisional habilitado en el colegio ‘Virgen de la Puerta’, que al día siguiente fue trasladado al Seminario.

En cuanto a los daños materiales ocasionados por estas intensas lluvias, aún es pronto para cuantificarlos, pero el Consorcio de Compensación de Seguros estima que en la Comunidad Valenciana se presentarán unas 12.000 reclamaciones por siniestro por un valor aproximado de 103 millones de euros. Destacan también que no hay ni límite en la cuantía ni en el plazo para solicitar la indemnización

Suspendida la venta ambulante
El Ayuntamiento ha aprobado ya en Pleno y por unanimidad solicitar al Gobierno Central la declaración de ‘zona catastrófica’ «para recibir con la mayor celeridad posible todas las ayudas que nos permitan volver a la normalidad cuanto antes», como destaca el alcalde, oriolano, Emilio Bascuñana.

Sobre la situación creada por estas lluvias, el primer edil alertó del estado de las infraestructuras hidráulicas «porque son deficientes y es cuestión de tiempo que se pueda repetir un desastre como este».

Por el momento, el equipo de gobierno ha puesto en marcha un dispositivo para restablecer los servicios municipales básicos, como la limpieza viaria y la recogida de basuras, residuos y enseres acumulados en la vía pública. Los mercados de venta ambulante han sido suspendidos durante toda esta semana y la vuelta a clase y de las actividades municipales arranca a partir de este jueves.

Oficina de ayuda
Bascuñana ha anunciado la apertura de una oficina de atención a los damnificados por el temporal con el fin de ayudar en la tramitación con el Consorcio de Seguros. Su puesta en marcha se comunicará en cuanto esté operativa.

 

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