Dos meses después de la inundación sufrida en Orihuela y la Vega Baja como consecuencia de las fuertes lluvias producidas por la ‘gota fría’, hay muchas familias que siguen padeciendo las consecuencias de aquellos terribles días vividos. Los cuantiosos daños que se produjeron en numerosas viviendas no han sido reparados, ni el mobiliario y electrodomésticos estropeado ha sido reemplazado.
Cruz Roja Orihuela mantiene la fase de postemergencia para ayudar a esas familias a recuperar la normalidad. La institución que preside Andrés Ramón Alonso, está coordinando la reposición de mobiliario y electrodomésticos dañados en 333 viviendas de Orihuela, Benferri, Callosa de Segura y Almoradí.
Como explica la directora técnica de Cruz Roja Orihuela, Pilar Ibáñez, «desde que finalizó la emergencia y cerramos el albergue en el Seminario el pasado 22 de septiembre, estamos trabajando incansablemente para ayudar a las personas y familias que se vieron perjudicados por aquella inundación».
Desde el primer momento que se supo el alcance de la catástrofe, las muestras de solidaridad de particulares y empresas «fueron llegando y nos vimos desbordados». Desde la asamblea local de Cruz Roja tuvieron que pedir refuerzos y se contrató a un técnico y dos logistas, que se sumaron a dos trabajadoras sociales, una psicóloga y a la coordinadora, un grupo exclusivamente dedicado a canalizar las donaciones para preparar las ayudas que ha contado, además, con la colaboración de una treintena de voluntarios.
Una vez organizado este dispositivo de post emergencia, se contactó con los ayuntamientos de municipios afectados y con alcaldes pedáneos para conocer las necesidades de los vecinos perjudicados. A partir de ahí, un equipo de técnicos de la institución ha visitado «vivienda por vivienda» a las personas y familias afectadas y les ha ofrecido cubrir las pérdidas de mobiliario y electrodomésticos que serán sufragados por Caja Rural Central, Mercaluz y las donaciones económicas recibidas.
En Orihuela ya han sido visitadas varias barriadas urbanas y las pedanías de El Badén, El Escorratel, Media Legua, Molins, Hurchillo y San Bartolomé, mientras que esta semana realizan este trabajo en La Campaneta.
La ONG entrega a estas familias electrodomésticos como lavadoras y frigoríficos, así como muebles de todo tipo, principalmente mesas y sillas, sofás, armarios, camas y colchones, etc. porque en algunas viviendas el agua llegó hasta casi 1.80 m. de altura y dejó casi todo inservible. «Hemos encontrado casos en El Escorratel y Molins de viviendas que dificilmente podrán volver a ser habitadas por el mal estado de suelo, paredes debido a la humedad que persiste. Son familias que buscarán otro hogar».
Pilar Ibáñez reconoce haber encontrado, tristeza, angustia y frustración en muchas de las personas damnificadas. Para ello, la institución mantiene una ayuda psicológica «por episodios de ansiedad y crisis, que se han visto agravados por no contar con seguro de la vivienda que cubra los daños».
Una situación imprevisible
La directora técnica de Cruz Roja Orihuela, asegura que «nunca antes habíamos vivido una situación como esta. Hemos tenido que aparcar nuestro trabajo diario con un centenar de personas necesitadas por otros motivos para volcarnos con esta emergencia. Fue un golpe muy duro y no será fácil volver a la realidad».
La atención se ha priorizado a familias con menores y con personas de avanzada edad y se espera finalizar este operativo durante los últimos días del próximo diciembre o primeros de enero de 2020 «para retomar nuestra actividad habitual».
Los comentarios están cerrados.