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‘Los Síndicos de Orihuela’ documenta la figura más representativa de las Fiestas de la Reconquista

Con el salón Imperio del Casino Orcelitano completamente lleno fue presentado el libro ‘Los Síndicos de Orihuela’, editado por la Concejalía de Festividades, en un acto organizado por la Asamblea de Síndicos del Oriol al que asistieron numerosos representantes de la sociedad y cultura oriolanas, entre ellos el alcalde, Emilio Bascuñana y la edil de Festividades, Mariola Rocamora.

La publicación cuenta con 212 páginas profusamente ilustradas, con diseño de Víctor S. Balaguer y está coordinada por Antonio Rodríguez Barberá y Juan José Sánchez Balaguer.
El libro, según explicó Rodríguez Barberá, recoge los orígenes y el significado del nombramiento de Síndico, su relación con las Instituciones Valencianas de la Corona de Aragón, los Síndicos en las Cortes durante el reinado de Alfonso V y en la época foral, así como un detalle de los agentes de la ciudad en las Cortes de 1604 y relación de algunos de los negocios encomendados a los agentes de Orihuela. No falta una referencia a la Gloriosa Enseña del Oriol ni otras a la Fiesta de la Reconquista en algunas publicaciones oriolanas; selección de programas de la fiesta conmemorativa de la Reconquista; o el procedimiento actual de nombramiento de Síndico Portador de la Gloriosa Enseña del Oriol, para finalizar con la relación de Síndicos 1992-2018 y el correspondiente testimonio gráfico.

Prólogo de Santiago Grisolía

Por su parte, Sánchez Balaguer animó a leer detenidamente «el prólogo de lujo» firmado por el presidente del Consell Valencià de Cultura, Santiago Grisolía, «porque, después de referirse al papel histórico desempeñado por Orihuela en el antiguo Reino de Valencia, proyecta una visión hacia al futuro».

Destacó Sánchez Balaguer algunos párrafos del prólogo , y se detuvo especialmente en dos: «Orihuela sigue siendo el referente del sur para los otros valencianos. Y también porque vuelve a poseer capital humano. No me cansaré de repetir que nada es posible en lo colectivo si no se consigue que muchos, con la formación suficiente y en diversos campos, trabajen y creen en una sociedad que sepa valorar la vital importancia de la formación y el talento. En el entorno de nuestra capital del sur se ha ido tejiendo en estas últimas décadas una trama empresarial y educativa que podría hacer posible un salto impensable no hace tanto».

Y subrayó también otra afirmación del texto de Grisolía: «En la encrucijada de nuestro tiempo, entre la globalización total y la nostalgia de un mundo más seguro que hemos conocido bien pero que va desapareciendo ante nuestros propios ojos, quizá un ecosistema como el oriolano podría ser capaz de todo, de tener éxito de nuevo, si consiguiera el muy difícil equilibrio entre la creación hacia afuera y hacia adentro. Dicho de otra manera, conseguir por un lado una sociedad compleja y eficaz, sin miedos, que mire de tú a tú a las sociedades vecinas y a otras más lejanas. Y, por otro lado, que sepa reforzar los vínculos con los territorios propios de su historia y mantener viva la memoria de su gran pasado y de su decadencia. Porque así se recuerdan los caminos que no hay que volver a transitar».

Juan José Sánchez expresó su satisfacción por estas conclusiones del presidente del Consell Valencià de Cultura porque, desde su autoridad moral, Grisolía está convocando a la sociedad oriolana para que se movilice en torno a proyectos innovadores que pongan en valor todas las potencialidades de la ciudad. Como recalcó, «una enorme satisfacción porque su planteamiento coincide plenamente con los objetivos de CulturÓpolis, un proyecto que ha ganado la Copa España de Ciudades Creativas y que busca la creación de un ecosistema creativo en el casco histórico de Orihuela, mediante la transformación innovadora del mismo.

Finalizó Sánchez Balaguer volviendo al prólogo de Santiago Grisolía: «…que mis muy queridas Valencia y Orihuela sepan crear una fructífera complicidad para un futuro mejor. Que sea verdad que el Oriol es el ave que más alto vuela y que más rápido construye su nido. Porque no tenemos tiempo que perder».

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