El plan director, confeccionado por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), apunta soluciones como la construcción de presas de laminación y corredores verdes
A nadie escapa ya que la Vega Baja, en su conformación como territorio regado por las aguas del Segura, es una demarcación compleja, muy poblada (350.000 habitantes) y con grandes extensiones inundables. El dramático episodio vivido en septiembre 2019, conocido como la Riada de Santa María, supuso un claro ejemplo de las consecuencias que las alteraciones climatológicas, cada vez más frecuentes, pueden acarrear a este rincón levantino, lindante con la Región de Murcia y puerta meridional de entrada al territorio valenciano.
Consciente de esta tesitura, y tras desarrollar una batería de actuaciones destinada a reparar los desperfectos originados por las últimas inundaciones, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) trabaja en el establecimiento de las bases de lo que es ya la hoja de ruta de un plan diseñado en colaboración con la Universidad Politécnica de Valencia para procurar la resiliencia de la comarca del Bajo Segura frente a futuras avenidas de agua. Se trata del bautizado como Plan Director para Reducir el Riesgo de Inundaciones en la Vega Baja.
Su elaboración ha supuesto un profundo estudio del escenario actual y futuro del territorio, del riesgo remanente, la orografía y conformación urbanística, y ha sentado las bases de un paquete de actuaciones que, aunque complejas en su desarrollo, permitirán fortalecer las defensas de la comarca levantina ante futuros escenarios de lluvias torrenciales y desbordamientos.
Construcción de presas de laminación y corredores verdes
Los principios en los que se sustenta esta hoja de ruta pasan por reducir los caudales punta que fluyen al llano de inundación, a través de la construcción de presas de laminación en los afluentes no controlados de la Rambla de Abanilla y Rambla de Tabala, y un incremento de la capacidad de trasvase entre la rambla de Abanilla y el embalse de Santomera.
Otra línea de actuación es renaturalizar el cauce río Segura y homogeneizar la capacidad del encauzamiento del río Segura entre Orihuela y Guardamar, rebajando la línea de agua y aumentando moderadamente su capacidad.
También crear una red de conducciones y corredores verdes para vincular los caudales en las grandes crecidas, debiendo discurrir dichos corredores por las zonas laterales más deprimidas, siguiendo, en su caso, el trazado de los azarbes.
Por último, se analiza la generación de un humedal en el entorno del Hondico de Amorós -al norte del término municipal de San Fulgencio-, ya que todos los caudales desbordados acaban en el punto más hondo de las Pías Fundaciones, proponiéndose la recuperación de un humedal con láminas de agua visible en el entorno del Hondico de Amorós y la construcción de un canal dragado hasta la gola de Guardamar.
Ha quedado constancia de la complejidad de las soluciones analizadas y el importante esfuerzo presupuestario que supondrá para las distintas administraciones concernidas, las cuales pretenden abordar parte de la financiación mediante el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Este Plan Director para Reducir el Riesgo de Inundaciones en la Vega Baja ya ha sido avanzado por el presidente de la CHS, Mario Urrea, a representantes de la Generalitat Valenciana, en concreto a la directora general de Análisis y Políticas Públicas, Ana Berenguer; así como al Jefe de la oficina de Vega Renhace en Orihuela, Antonio Alonso, y al catedrático Jorge Olcina.
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