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«Estamos redoblando esfuerzos para minimizar los daños de cualquier inundación que pueda producirse»

El máximo responsable de la CHS, en su despacho de la sede central del organismo. /A. O

Mario Urrea, presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, destaca la gestión desarrollada tras la DANA por el organismo con una inversión de 17 millones de euros en reparaciones y mejoras

Mario Urrea es presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura desde 2018. En este corto espacio de tiempo, le ha tocado afrontar uno de los episodios más difíciles y catastróficos protagonizados por un río que vertebra las vegas Alta, Media y Baja, esta último desde Orihuela a Guardamar del Segura, la más afectada por las inundaciones de septiembre de 2019.

Pregunta. Hace ahora un año el cielo se desplomó sobre la Vega Baja, para descargar más de 500 litros por metro cuadrado en la que es ya la peor riada vivida desde hace 140 años. ¿Cómo recuerda esos días?

Respuesta. Pues los recuerdos son varios. De un lado, la preocupación y, en algunos momentos, la impotencia ante la gravedad de los hechos derivados de la enorme cantidad de agua que circulaba por el territorio, no solo por el río y por las infraestructuras hidráulicas, y por otra, y quizás por ello, la sensación de que el personal de la Confederación Hidrográfica del Segura y las empresas colaboradoras trabajaron esos días sin descanso a fin de minimizar los riesgos. Además y tal y como sabíamos el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) fue determinante a la hora de gestionar tanto los avisos a los departamentos de protección civil como la explotación de las presas. Un último recuerdo es la importancia de la seguridad que aportaron las presas de laminación de avenidas ante eventos de esta naturaleza, en particular el comportamiento del azud de Ojós y, sobre todo, la presa de Santomera, sin su contribución, así como la del resto de presas de laminación situadas aguas arriba, esto habría sido una catástrofe.

P. Las consecuencias de esta catástrofe natural sembraron la desolación en la Vega Baja. En aquellos días, la actuación de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) fue epicentro de las críticas tanto por parte de ciudadanos como de administraciones municipales afectadas ¿Considera justas o entendibles estas críticas?

R. Las considero ‘normales’ desde la óptica de las graves afecciones producidas y, por lo tanto, las entiendo. Pero, dicho eso, hemos intentado, desde entonces, hacer ver a la población que poco más se podía hacer en aquellos momentos por parte del organismo de cuenca. Espero y creo que, en algunos territorios y usuarios, hemos logrado disminuir esa crítica hacia el organismo de cuenca. Lo que sí puedo decir es que estamos redoblando los esfuerzos para minimizar los daños ante cualquier evento de inundaciones que se pueda producir en el futuro, para lo cual hemos empezado los estudios de nuevas actuaciones y recuperado aquellas otras que están proyectadas pero no se habían ejecutado.

P. ¿Qué balance puede ofrecernos del año transcurrido en lo que atañe a la gestión de la cuenca y del dominio público hidráulico?

R. Como he dicho, ha sido un año de trabajo intenso; en primer lugar, en acometer las numerosas obras de emergencia que fueron necesarias acometer para reparar y restituir los cauces, las ramblas y las infraestructuras hidráulicas que se habían visto dañadas. Y en segundo lugar, acometer los estudios citados anteriormente, y, a la vez, atender lo ‘ordinario’, que no es poco, y todo ello con una escasez de personal manifiesta. En resumen, un balance satisfactorio.

«Creo que no se nos puede achacar este año falta de dedicación en recursos y personal»

P. Desde aquel desastre son muchas las ocasiones en las que se ha comprometido de forma pública a atender las reclamaciones y demandas de agricultores y vecinos de la Vega Baja ¿Ha mejorado la comunicación desde entonces?

R. Como he dicho anteriormente, en algunos sectores creo que lo hemos conseguido, en particular con los juzgados de aguas. Con los representantes municipales, depende del grado de afección por la DANA en su municipio pero, en general, creo que no se nos puede achacar este año falta de dedicación en recursos presupuestarios y personales en la Vega Baja.

P. ¿La oficina que la CHS está a punto a abrir en Orihuela es fruto de este acercamiento?

R. Sin duda alguna. Ese fue mi compromiso cuando llegamos este equipo directivo, de tal manera que la previsión es proceder a la apertura en el próximo mes. Apertura que se ha facilitado por la cesión del local realizado por el Ayuntamiento de Orihuela, que es justo agradecer públicamente.

P. En este último año, han iniciado obras y actuaciones para reparar motas y muros de contención dañados, acondicionar ramblas, etc… ¿Cuál ha sido la inversión total ¿Y qué intervenciones destacaría por magnitud?

R. La inversión total en la provincia de Alicante es del orden de 17 millones de euros, destacando, sin lugar a dudas, la reconstrucción de los muros de Almoradí y Formentera, el refuerzo del de Rojales, la actuación en la rambla de Abanilla en Benferri y la conexión del cauce viejo y cauce nuevo en Guardamar, que era una reivindicación de hace muchos años. Pero se han actuado en la totalidad de los municipios ribereños recuperando motas. Ya fuera del río, también hay que destacar la actuación en la presa de la Pedrera, que se vio dañada en los órganos de desagüe, en los que ha sido preciso actuar así como en otras infraestructuras del postrasvase Tajo Segura.

P. Se ha hablado de que la Rambla de Abanilla, una de las que más destrozos ocasionó, no está todavía deslindada ¿Cuál es su situación real? Hay colectivos e instituciones que reclaman su canalización ¿Es posible que se lleve a cabo?

R. Supongo las personas de más edad recordarán que el proyecto de su encauzamiento fue objeto de tramitación, lo que incluía la información pública, de tal manera que recibió numerosas alegaciones en su contra de los vecinos, administraciones y agentes socioeconómicos, lo que hizo que el mismo se pospusiera. Los hemos recuperado y estamos reevaluándolo desde el punto de vista de la solución integral e integrada que estamos estudiando para la Vega Baja, conscientes de su dificultad ya que es la llanura de inundación natural del río Segura y se encuentra altamente urbanizada.

P. El Ayuntamiento de Almoradí ha anunciado que ha interpuesto una demanda judicial de responsabilidad patrimonial contra la CHS como consecuencia de la rotura sufrida y los daños derivados del desbordamiento del Segura. Alega el Consistorio almoradidense que alertó en varias ocasiones del deterioro del muro de contención ¿Qué opina al respecto?

R. Es una actuación legítima desde el punto de vista del estado de derecho. Se instruirá el oportuno expediente a tenor de lo que indica la legislación vigente, aunque supongo que es evidente que los caudales circulantes fueron de tal magnitud que no se corresponden a caudales ordinarios, que son los que tenemos la obligación legal de permitir circular y para los cual hay que realizar actuaciones de conservación y mantenimiento. asimismo ordinarias. En cualquier caso, estamos en el inicio de la instrucción del expediente y se está analizando la documentación aportada.

P. ¿Tienen prevista nuevas actuaciones a corto y medio plazo para mitigar los efectos de las lluvias torrenciales en la comarca?

R. Estamos ya haciendo la conservación ordinaria de cauces y ramblas con cargo a una disposición presupuestaria de la Dirección General del Agua del MITERD de ocho millones para los próximos dos años. Infraestructuras nuevas a corto plazo no serán factibles ya que, como he dicho, debemos finalizar primero el estudio general de circulación y retención de caudales en la Vega Baja.

P. ¿Cree que, tras los trabajos efectuados, el cauce del Segura a su paso por la Vega Baja aguantaría otra DANA similar?

R. La magnitud del episodio de la DANA de 2019 hace imposible el afirmar que conseguiremos el riesgo cero. Lo que sí procuraremos es minimizarlo al máximo, lo cual debería ser apreciable cuando los eventos pluviológicos en la Vega Baja sean de menor intensidad. Trabajamos intensamente para conseguirlo.

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