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El pequeño comercio pide ayuda para atenuar las dramáticas consecuencias provocadas por la emergencia sanitaria

El pequeño comercio vive con lógica incertidumbre lo que está ocurriendo por la situación sanitaria debido al coronavirus, pero también con la certeza de que el estado de alarma con el
local cerrado generará en el sector pérdidas muy difíciles de afrontar. Entre las medidas que trasladan al Gobierno está la supresión del pago de impuestos mientras dure el confinamiento, la exención del pago de las cuotas a la Seguridad Social de los autónomos y trabajadores de la
empresa durante los próximos meses, prestación por desempleo a los autónomos y elaboración de un plan de urgencia para el comercio.

Pero también tienen peticiones para ayuntamientos y administraciones regionales a las que solicitan la supresión del pago del IBI, tasas de basura, agua y otras similares. Como indica el presidente de los comerciantes oriolanos, Adolfo Valero, «a ingresos cero, tributos cero».

Por ahora se les hace muy difícil calcular las pérdidas que esta crisis puede generar en el sector, pero aventuran que van a ser «brutales». Las pequeñas empresas no podrán hacer frente a los pagos si no obtienen ingresos. Ante esta situación piden gestos que infundan confianza, como créditos a muy bajo interés, aplazamiento de pagos de impuestos y facilidades en los avales. También reclaman que se genere confianza para cuando todo vuelva a la normalidad arrancar de nuevo evitando el cierre de negocios y que sus trabajadores vayan al paro.

Sus peticiones son también para la sociedad, para que cuando podemos salir a la calle y abrir los negocios, los ciudadanos acudamos al pequeño comercio de nuestro barrio y ciudad para intentar paliar el daño provocado por esta crisis.

Ramona Caselles echa de menos abrir cada día su tienda de ropa infantil. «Tenemos género para esta primavera y Semana Santa que debemos pagar y que no vamos a vender». Ante esta «complicada» situación, propone que, «cuando todo esto pase, se hagan ferias y demos salida al género aunque sea a menor precio, pero que podamos recuperar algo y cumplir con los pagos, aunque no ganemos». Lanza esa idea a la Concejalía de Comercio, a la que recaba «un esfuerzo para que no nos hagan pagar por poner el stand con el fin de que participe el mayor número de comerciantes».

José Luis Gea es óptico y cree que la situación es «muy complicada ». Como explica, «abrimos solo por la mañanas y nuestras ventas han caído más de un 80%». Para el comercio reivindica «ayudas de forma urgente, como incrementar las ayudas y exenciones a los autónomos y Pymes, porque si paramos puede ser catastrófico» y propone «suspender impuestos para aliviar la asfixia que se nos viene encima y un plan de ayudas que permita mantener los puestos de trabajo».

Verónica Zaragoza dirige una empresa de eventos y celebraciones en Redován y afronta este periodo con «inquietud y desasosiego», porque como explica «debemos seguir al
día con el pago de autónomos, impuestos y seguros. Si todo esto no se aplaza, lo vamos a pasar muy mal». Afirma que, con la DANA y el Covid-19 ahora, «está siendo un año desastroso», se suma a la petición de ayudas y espera que, cuanto antes, «vuelva la normalidad y se pueda seguir trabajando».

Alfonso Salinas se dedica a la telefonía e internet y mantiene que la ciudadanía en general esta viviendo momentos «difíciles y poco previsibles». Para él, «es necesario pensar qué hacer con el fin de cambiar esta situación, porque quejarse no va a servir de nada».

Yolanda Alfonso, gerente del establecimiento de arte y restauración al que da nombre, da un paso más allá. Afirma tener «la sensación de que nos estamos poniendo a prueba como sociedad y que este virus nos está llevando al dilema de elegir: salud o economía. Asimismo, vaticina que nada volverá a ser igual tras el confinamiento y muchos pequeños comercios tendrán que cerrar. Ojalá me equivoque», concluye.

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