En busca de la irrealidad es una novela en la que lo palpable se confunde con el mundo de los sueños y donde los personajes habitan tanto en la realidad como en la imaginación
El escritor y juez José María Asencio Gallego presenta este próximo viernes, 14 de mayo, en el Auditorio de la Lonja su obra ‘En busca de la irrealidad’ en colaboración con la Concejalía de cultura y Librería Codex. El acto comenzará a las 19 horas con acceso libre pero aforo reducido acorde con las restricciones sanitarias.
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Explica Asencio que “un escritor es un contador de historias, en las que siempre se entremezclan una parte real y cierta y otra que deriva de esa irrealidad que habita el pensamiento. La irrealidad, cuando se crea, surge de una combinación entre lo vivido, lo soñado y lo perseguido”.
Y añade: “La irrealidad, en este libro, transita, así, por las calles de esa Barcelona mágica que lleva escrita en sus esquinas una historia de la que emanan ecos de un pasado eterno, de bohemios que no renuncian a perder su aura libertaria. Y París, su hermana mayor en tantas cosas, su refugio tantas veces acudido, en el que intuí la música de la calle, esa que Barcelona ha hecho suya. Y sobre estas certezas navegan intangibles que no es posible distinguir muchas veces en su integridad”.
En este contexto se explica una novela en la que lo palpable se confunde con el mundo de los sueños y donde los personajes habitan tanto en la realidad, como en la imaginación. Pretender reducir lo onírico al momento en que cerramos los ojos es negar esa irrealidad que forma parte indisoluble del ser humano y que se constituye en base de todos sus sueños.
Por eso, en el libro se pueden apreciar matices que recuerdan al idealismo, al existencialismo, al individualismo e incluso al romanticismo.
Y, por la misma razón, la de transitar entre dos realidades, se ofrece como una sátira sobre el deseo que habita en el anhelo por la nostalgia, por querer encontrar el sentido de la vida. Búsqueda eterna y consustancial al hombre.
El libro está escrito en primera persona porque implica mucho más al lector, lo hace parte de la historia y, de esta manera, los pensamientos del autor se confunden con los de Manuel, el protagonista de “En busca de la irrealidad”, también creación del autor.
Manuel es un joven escritor que reside en el Raval de Barcelona y que una noche, sin razón alguna, después de un paseo cualquiera, la mera casualidad da paso al inicio de un cambio en sus más profundas convicciones, comenzando a experimentar un proceso que le lleva constantemente del sueño a la realidad, siendo a veces incapaz de diferenciar en qué estado se encuentra.
Coincide con diversos personajes de la más variada índole y vive situaciones, en ocasiones provocadas por él mismo, que le llevan a reflexionar sobre el sentido de la existencia y el porqué del devenir de la sociedad contemporánea.
Cobra especial relevancia y es elemento esencial de la obra, el papel de los integrantes de su peculiar grupo de amigos, todos artistas de distintas ramas, que tratan de resolver las complejas incógnitas de la vida desde la comodidad irrenunciable de un acolchado sillón. La burguesa felicidad que abre la puerta al sosiego del pensamiento libre y que explica muchas revoluciones poco esclarecidas.
Manuel vive y reflexiona. Ahora bien, reflexiona porque vive, porque sale a la calle, porque observa, porque mira a su alrededor. Lo real y lo intuido o sentido es siempre una sola cosa cuando no es posible la disección: casi nunca.
Manuel reflexiona porque todos reflexionamos. Y por ello existe en todos nosotros. Manuel es el lector y al mismo tiempo es el escritor.
Separar ambos es una tarea imposible en un libro que no es capaz tampoco de diferenciar lo real y lo abstracto, el sueño de la vigilia. La vida es eso, sueño y certeza. Y los sueños hacen y deshacen. Pero nadie puede limitarlos y menos aún explicarlos.
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