En los próximos días comenzarán a ser retirados los módulos prefabricados que durante diez años han albergado el centro de salud del Rabaloche. El Ayuntamiento ha concedido la licencia para ese desmantelamiento tras no alcanzar un acuerdo con la empresa propietaria para ser utilizados como oficinas municipales como se anunció.
El elevado coste de alquiler que hasta ahora ha sufragado la Consellería de Sanidad, unos 6.000 euros al mes, «era inasumible para nosotros», señala el edil Rafael Almagro, quien ha criticado que la empresa «ha intentado llevárselos por las buenas y sin avisar», algo que se paralizó hasta presentar un proyecto de desmantelamiento con las condiciones en las que debe quedar ese recinto.
El Ayuntamiento de Orihuela no abonará esta actuación y utilizará ese espacio como aparcamiento hasta determinar si se amplían las oficinas municipales en un futuro, algo que se abordó en el año 2013 siendo concejal de Planificación e Infraestructuras la socialista Antonia Moreno. La entonces edil consiguió que el proyecto fuese aprobado por la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Vivienda con un presupuesto de 2,8 millones de euros. Un proyecto que, según Almagro, “podríamos volver a revisar”.
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