La Federación de Asociaciones de Vecinos y el partido CLARO trabajan conjuntamente para reivindicar la solución de todos aquellos problemas que arrastra Orihuela Costa y exigen que se presten en las correctas condiciones los servicios que consideran deficitarios para el bienestar de los residentes en esta zona del municipio.
El presidente del movimiento vecinal, Joaquín Capel, echa en falta planificación, y asegura que un ayuntamiento «no puede estar pendiente de que sean los vecinos quienes le digamos donde están los problemas para actuar». Capel cree que a los responsables municipales que intervienen en la costa «se les ve ganas y voluntad», pero asegura tener dudas de la mejora de servicios de cara a este verano, «porque al no contar con un presupuesto para este año, no se contemplan inversiones importantes».
Tanto la FAOC como CLARO han repetido en innumerables ocasiones que los últimos gobiernos municipales «siguen sin querer darse cuenta de que reciben de la costa el 60% de sus ingresos, y no puede ser que reviertan aquí menos del 10%». En este sentido, recuerdan que el alcalde, Emilio Bascuñana, se comprometió a que la costa recibiría el 40% de las inversiones recogidas en el presupuesto de 2016, aunque también mantienen que, aunque así fuera, «sería insuficiente porque la costa lleva años abandonada».
Para el presidente de CLARO, Paul Piccio, esa falta de inversiones «se observa en todos los rincones de Orihuela Costa». Desde la formación política califican de «aceptable» el estado de algunos servicios, pero critican que en algunas playas galardonadas con banderas azules, «tengamos esas montañas de algas varias semanas, algunas de hasta 3 y 4 metros de altura».
También afirman que recogen numerosas quejas de bañistas «que se preguntan cómo es posible que las playas no cuenten hasta el 15 de junio con un servicio de socorrismo que preste asistencia, por lo menos en las playas más grandes».
Igualmente califican de «vergonzoso» que el paseo marítimo de Cala Capitán «esté por cuarto año consecutivo en temporada alta, sin reparar y cerrado, cuando han tenido un año para su arreglo», mientras que también creen deficitaria la limpieza y cuidado de los jardines, parques y solares «que están en un estado lamentable, sobre todo de la carretera 332 hacia dentro».
Desde la FAOC, explica su presidente que los movimientos vecinales en Orihuela Costa «son cada vez mayores», y adelanta que en el plazo de un año «no quedará urbanización que no tenga su propia asociación para defender los derechos de sus residentes, porque ya no son aquellos veraneantes que pasaban dos meses en la playa y no querían preocupaciones».
Son precisamente esos vecinos quienes ahora utilizan las redes sociales para movilizarse y para alertar de situaciones tan peligrosas como la que se podría producir en las ramblas de Campoamor y Cabo Roig, «llenas de hojarasca y maleza seca, que en caso de incendio sería una bomba y podría hacer desaparecer media urbanización».
De igual manera, reclaman actuaciones para frenar al Tomicus en la pinada de Campoamor, y consideran «inaceptable» que no haga nada para evitar la pérdida de esta importante masa forestal única en la zona mediterránea.
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