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Cáritas multiplica por cuatro las ayudas a familias durante la crisis sanitaria

Donación de alimentos de Caja Rural a Cáritas. / A. O.

El perfil de las personas atendidas ha cambiado y abundan las entregas de alimentos a hogares cuyos ingresos provenían de la economía sumergida o de trabajos precarios

La crisis socioeconómica generada por la COVID-19 ha originado que Cáritas Diocesana haya multiplicado por cuatro las ayudas a familias. Según esta institución benéfica, en los dos meses y medio de emergencia desde que se decretó el Estado de Alarma, ha atendido a más de 9.060 familias en la Diócesis Orihuela-Alicante, lo que supone haber ayudado a más de 32.300 personas. Asimismo, el 70% de las atenciones ha correspondido a familias con hijos menores.

Fuentes de Cáritas explican que, «en caso de seguir así la situación, que además de prevé que vaya a más a corto plazo, en pocos meses se habrá atendido a las mismas familias que en todo un año».

Las familias que han acudido a pedir ayuda a Cáritas Diocesana principalmente han solicitado ayudas para la alimentación y para poder afrontar gastos relacionados con la vivienda, como suministros o pago de alquileres. En los dos meses y medio de emergencia, Cáritas Diocesana ha efectuado un gasto directo de 513.689,13 euros. A esta cifra hay que añadir 400 toneladas de alimentos en especie que, a través de las Cáritas parroquiales, se han empleado para ayudar a las familias, aportados por particulares, organizaciones y empresas.

Perfiles de hogares ayudados

«La emergencia ha conllevado que lleguen a Cáritas Diocesana perfiles que difícilmente acudían a pedir ayuda, ya que nunca antes la habían solicitada», detallan las mismas fuentes. En la mayoría de los casos, se trata de familias con niños.

Han solicitado ayuda de Cáritas Diocesana numerosas familias afectadas por ERTE y cuyo cobro se ha ido retrasando con el tiempo. También muchas que vivían del trabajo en mercadillos o de la recogida de chatarra o cartón, siendo familias que vivían al día, pero que no tenían necesidad de pedir ayuda. Otra parte de las familias que, durante la emergencia han acudido a Cáritas Diocesana, han sido aquéllas cuyos ingresos provenían de la economía sumergida o de trabajos precarios, no pudiendo acceder a cobros de ERTE y a otras ayudas vinculadas a un contrato. Un número significativo ha sido inmigrantes sin regularizar, en gran número solicitantes de protección internacional, siendo la mayoría familias con menores sin seguridad jurídica.

Para reforzar la red de atención, Cáritas ha puesto en marcha la línea gratuita 900921936, atendida por un equipo de 25 voluntarios y 8 trabajadores sociales.

El equipo de atención de la línea 900 trabaja de manera coordinada con todos los equipos de las Cáritas parroquiales con vistas a garantizar la ayuda a aquellos hogares que más lo necesitan.

La labor de Cáritas ha sido y es fundamental, tanto por el apoyo material como por el acompañamiento personal y psicológico.

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