El bando cristiano tomó ayer viernes la ciudad de Orihuela ante miles de espectadores que contemplaron un grandioso desfile, convertido en espectáculo de danza, color y música.
Con la Armengola, Gloria Valero, presidiendo la cabeza del desfile, el pueblo recibió a su embajador cristiano, Antonio José Rubio, en la sexta ocasión para que los Caballeros del Rey Fernando escenifiquen aquella época histórica de convivencia y guerras entre los bandos moro y cristiano.
El boato contó con más de 500 festeros que animaron a un público ávido de contemplar la escenificación de las cruentas luchas o el cañón del siglo XVIII que la comparsa custodia desde hace 20 años, y que ha sido restaurado para este desfile. Todos saludaban al paso de la llamativa carroza que guiaba al embajador y su mujer, Irene Huertas, para cerrar el boato con una colla procedente de Elda formada por casi un centenar de músicos.
Como prueba de sus deseos de paz con el bando de la media luna, el embajador invitó a una representación de los Moros y Cristianos de la ciudad, y se pudo ver a miembros de las comparsas Moros J´Alhamed, Negros Egipcios, Moros Escorpiones y una filá de Moros Muladíes.
Un desfile difícil de olvidar y que deja paso a la gran Entrada del Bando Moro prevista para esta noche a partir de las 21.30 horas.
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