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La sequía amenaza los cultivos y pone en riesgo la subsistencia de la agricultura de la Vega Baja

La situación hídrica de la comarca de la Vega Baja es dramática y agobia cada día más a miles de agricultores. Tras un verano que se ha caracterizado por la falta de precipitaciones y las altas temperaturas, los primeros días del otoño no parecen traer grandes cambios para poder ser más optimistas.

De la gravedad del asunto basta decir que, hasta hoy, se superan los cien días de sequía en nuestra comarca, según los datos aportados por el meteorólogo oriolano Pedro José Gómez Cascales.
El último día en el que se registró una precipitación superior a 1 l/m2 fue el pasado 4 de junio, con una cantidad de 1,4 l/m2. Sin embargo, el último día que podríamos tildar como «una lluvia relevante» fue el 12 de mayo, cuando se registraron 7,8 l/m2. Para hacernos una idea, se consideran días de sequía aquellos días enteros y consecutivos con una precipitación inferior a 1 lm/2.
Esta alarmante sequía nos acompaña desde hace ya tres años y en este 2016 parece agravarse.
En Orihuela, durante el año 2014 se registraron un total de 164,4 l/m2, y aunque en 2015 las precipitaciones subieron a 209,9 l/m2, desde el mes de enero hasta hoy tan solo han caído 72 l/m2.
En la zona costera de la comarca la situación no es mejor, porque en la zona de Torrevieja, de los 200,5 l/m2 del año 2014, se bajó a 173,7 l/m2 en 2015 y en lo que llevamos de año se han registrado únicamente 54,6 l//m2.
Y si nos fijamos en el agua embalsada en la Cuenca del Segura durante los tres últimos años, este 2016 es el año con menos reservas disponibles, estando incluso por debajo de la media de los diez últimos años, con menos de 200 hm3 en la actualidad.

Prórroga del decreto de sequía para la cuenca del Segura
La ministra de Agricultura en funciones, Isabel García Tejerina, se reunió la pasada semana con los regantes del trasvase Tajo-Segura, a quienes anunció que el próximo Consejo de Ministros aprobará la prórroga del decreto de sequía para la cuenca del Segura, que vendrá acompañada de actuaciones como el aumento de la producción de las desaladoras, la reapertura de los pozos de sequía en el Noroeste de la Región de Murcia y la subvención de parte del agua desalada.
Estas medidas pueden proporcionar unos 100 hectómetros cúbicos hasta la próxima primavera, lo que por el momento, ha calmado los ánimos de los desesperados regantes del trasvase, que ya pueden disponer de algo más de 10 hectómetros brutos para acabar el presente mes.
Entre las citadas actuaciones se buscará que la planta desaladora de Torrevieja disponga de la energía necesaria y se duplique la producción de 40 a 80 hectómetros, que podrían ser almacenados en el embalse de La Pedrera. Por otra parte, los pozos de sequía del Sinclinal de Calasparra no estarán disponibles hasta dentro de tres meses, cuando finalice el estudio de impacto ambiental necesario para conocer el estado real del acuífero.

La situación sigue siendo bastante delicada
Las medidas anunciadas hace tan solo unos días no cambian en exceso la situación que padecen en la Vega Baja unos 30.000 regantes, que soportan con impotencia el no poder regar como quisieran sus 22.000 hectáreas de cultivo.
Para el presidente del sindicato ASAJA-Jóvenes Agricultores en la provincia de Alicante, Eladio Aniorte, de no producirse el reclamado y necesario trasvase o llover pronto, «las consecuencias serán irreparables para toda la agricultura, porque podría desaparecer hasta un 25% de la superficie agraria en regadío de la provincia», lo que en su opinión, «tendría catastróficos resultados sobre la economía de la comarca agraria».
Idéntica opinión tiene el secretario de La Unió en la Vega Baja, José Manuel Pamies, quien resalta la «tremenda incertidumbre» que pesa sobre los regantes, tanto con derechos del trasvase como tradicionales, «porque el agua se está repartiendo con cuentagotas y algunos ya han agotado sus embalses particulares. Hay que aprovechar al máximo lo que tenemos».
Las consecuencias de la sequía y el calor en los cultivos está por llegar, porque según Pamies, «en los cítricos, los calibres se quedarán cortos y se podría perder hasta el 30% de una producción que este año ha aumentado».

Lo que parece no haberse resentido por el momento es el cultivo de hortalizas, aunque de no llegar agua para riego podría verse afectado un alto porcentaje de la producción, «porque necesitan agua y temperaturas más bajas», tal como aseguran los propios agricultores, que saben por experiencia que alcachofa, bróculi, lechuga, patata, escarola, apio y otros productos «necesitan fresco y humedad este otoño».
Con este panorama, «plantamos a la aventura, porque el futuro es incierto y nos arriesgamos a perder lo cultivado», como asegura el responsable comarcal del sindicato agrario La Unió, quien por otro lado admite que «no podemos quedarnos en casa con los brazos cruzados porque son muchas las familias que en esta comarca vivimos únicamente de la agricultura».

Pedirán más bonificaciones
Los sindicatos agrarios piensan ya en solicitar al Gobierno las bonificaciones fiscales que se contemplan para casos de sequía, como la reducción de los módulos, la cuota de autónomo, las cotizaciones a la Seguridad Social, el Impuesto de Bienes Inmuebles, la rebaja de las tarifas eléctricas y otras. Pero sin duda que la única alternativa a todo esto es tener agua para regar.

Si hay esperanza, está en el otoño

La opinión de… Pedro José Gómez Cascales (autor del proyecto MeteOrihuela)

Continuamos mirando al cielo, de vez en cuando vemos pasar las nubes, pero apenas cae agua. Es la cruda realidad que vivimos.
El pasado martes y 13 se superaron la centena de jornadas consecutivas con precipitación inferior a 1 mm en Orihuela. Este dato desolador se extiende por todo el territorio de la Vega Baja.
Remarcando un dato esperanzador, el próximo jueves 22 de septiembre a las 16:21 horas, comenzará oficialmente el otoño, siendo la estación más lluviosa del año en la inmensa mayoría del sureste peninsular.
Parece imposible no relacionar esta época del año con la aparición de la ‘Gota Fría’, aunque es más correcto decir Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA). Una situación clásica de DANA en nuestro entorno mediterráneo es aquella en la que el centro de bajas presiones (embolsamiento de aire frío en altura) se posiciona entre el litoral de Argelia y las costas de Almería, Murcia y Alicante, todo ello acompañado de un flujo marcado de vientos de origen marítimo cargados de humedad. No obstante, no se puede estimar o predecir hasta dos o tres días antes, pero sí hay que agudizar la vigilancia de cara a los siguientes meses.

 

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