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Jesucristo Riquelme: «El gran homenaje a un escritor es posibilitar su lectura»

El catedrático de Lengua y Literatura, escritor e investigador, Jesucristo Riquelme, uno de los grandes especialistas en la obra de Miguel Hernández, acaba de presentar su última publicación bajo el título de ‘Miguel Hernández. La obra completa. Poesía, teatro, cuentos y crónicas’. Su propósito es dar a conocer la parte menos conocida del autor oriolano.

Pregunta. ¿Qué le motiva a publicar este nuevo trabajo sobre el poeta?
Respuesta. A Miguel Hernández hay que aproximarse leyéndolo: leerlo, comprenderlo, sentirlo, creérselo y poner en acción y valor su contenido. Pertenece a la estirpe de esos escritores de autenticidad y belleza que crean un espíritu; el espíritu hernandiano se puede sintetizar, inicialmente, así: Hernández erige la palabra estética en palabra ética con la mayor repercusión social y popular. A lo largo de su obra completa, MH expresa el proceso de maduración psicológica y convivencial del ser humano. Manejó el lema ‘escribir sólo por amor’ y un eslogan «Sólo con educación y cultura se logra el progreso del pueblo», con una finalidad, hacer de la escritura su oficio, su modus vivendi para abrir conciencias y no dejarse manipular. El gran homenaje a un escritor es posibilitar su lectura y leerlo. Todo gran poeta, todo poeta clásico, merece una edición resuelta con rigor, una edición limpia y lo más completa posible. Además, al trabajar con tantísimos documentos e investigar en tan diferentes archivos, se nos proporciona datos y perspectivas de análisis que no ofrecen un MH nuevo, pero sí un MH cuya personalidad, semblanza y actitud se llena de matices y precisiones más certeras que hasta la fecha.

¿Cree que se recupera y ensalza la figura de Miguel Hernández con esta edición?
La obra completa de la editorial EDAF recoge, en 1900 páginas, la creación literaria de MH conocida: poesía, teatro, cuentos y crónicas periodísticas. La visión del mundo de nuestro escritor –más allá de sus etapas estéticas y estilísticas– abraza dos cosmovisiones con demarcaciones cronológicas bastante nítidas, la primera etapa, coincidente con su apego a Orihuela, se define por su mentalidad conservadora, conformista y católica (hasta 1935: unos seis años de creatividad de poeta solitario); la segunda etapa, desde que ya ha fijado su residencia en Madrid (mitad de 1935 y los últimos seis años de su vida literaria como poeta solidario), se caracteriza por el afianzamiento del espíritu hernandiano que prevalece y le da fama en la república de las letras hispanas (y en el mundo).

¿A qué llama espíritu hernandiano?
El espíritu hernandiano podemos delimitarlo atendiendo al concepto de progreso de MH. En la época de la II República (1931-1939) se afianza la función social del intelectual, su resonancia e influjo en la ciudadanía prestigian el arte social en detrimento del arte puro, es decir, el no contaminado; el máximo exponente de arte impuro, cuya estela sigue MH, será Pablo Neruda. Prácticamente desde la protohistoria literaria de MH, éste elabora su poesía emulando un modelo heredado, a imagen y semejanza de unos creadores clásicos insignes (Fray Luis, san Juan de la Cruz, Góngora, Lope, Calderón…), para confeccionar poemas que confieren un elemento de progreso a lo heredado, es decir, a lo tradicional, el sentido de ese progreso hay que entenderlo como la manifestación de un compromiso artístico, convivencial, social o político que pregona la vida digna de la colectividad, concienciando al pueblo obrero para que despierte al derecho de educación y de avance igualitario de la sociedad. Y esto lo pregona con el arte de la palabra, con equilibrio lírico y épico del máximo nivel expresivo, comprensible para la inmensa mayoría. No debemos permitir que se fagocite el nombre de MH o que se reduzca –se jibarice– sometiéndolo a una reducción insignificantemente nominal y sin trascendencia sociocultural en una sociedad permanentemente en crisis.

¿Insinúa, profesor Riquelme, que MH se desentendió de lo religioso o dejó de serlo?
No, no, por favor. No lo insinúo. MH repudió su adhesión ciega y falta de crítica a la Iglesia de la época, a mediados de 1935 lo explicita tanto en una carta dirigida a Juan Guerrero como en un poema clave, «Sonreídme», en el que se congratula sin dudas (‘Me libré de los templos: sonreídme’). El espíritu hernandiano hubiera conectado bien con la Teología de la Liberación que años después se extendió como movimiento católico en Hispanoamérica. Basten dos citas para comprender que MH estaba en la onda de preclaros sacerdotes como Ernesto Cardenal (Nicaragua) y hubiera suscrito las palabras y el comportamiento de arzobispos como Óscar Arnulfo Romero (El Salvador) y Hélder Cámara (Brasil): «La justicia es como las serpientes: sólo muerde a los descalzos», «Cuando doy comida a los pobres, me llaman santo. Y, cuando pregunto por qué no tienen comida, me llaman comunista».

¿Qué distingue esta edición de las obras completas respecto a la publicada en 1992? ¿Por qué tantas correcciones? Se habla de unas 3000.
Hasta ahora había habido ediciones de presuntas obras completas, una, en Argentina (Losada, 1960), y otra, en España (Espasa Calpe, 1992). Tuve un contrato de Espasa, para firmar en 2009, sobre la mesa de mi estudio, pero era inviable afrontar un trabajo de tanta envergadura en apenas seis u ocho meses. Espasa decidió reimprimir la antigua edición de 1992 aliviándola de estudios introductorios y del aparato crítico con la finalidad de ofrecer un libro (en dos tomos) más liviano. Esta circunstancia me permitió empezar un trabajo exhaustivo y despacioso para afrontar con rigor una edición limpia de lapsus, de erratas, de errores y de inexactitudes (que no hacían honor a la ímproba tarea de los editores literarios que tan magno resultado habían presentado con motivo del cincuentenario de la muerte de MH). Yo parto de las correcciones necesarias a esta magnífica edición de 1992. Un escritor de la magnitud universal de MH merecía una edición limpia, revisada, corregida y aumentada de su producción. En ‘La obra completa’ (Madrid, EDAF, 2017) practico más de 3.000 correcciones a lapsus mecanográficos, ortotipográficos, confusiones de transcripción, etc. y añado líneas y versos (y hasta estrofas) que no habían sido transcritos de los manuscritos autógrafos de MH. Las modificaciones son innúmeras, cierto es, pero también es importante que se han incorporado al corpus literario una treintena de textos no incluidos en las obras anteriores. Ahora bien, rechacé la parte no literaria, la correspondencia merece un libro aparte; casi un centenar de nuevas cartas ampliarían las incluidas en el tomo II del libro de 1992, y estamos a la espera de poder conocer quizás las respuestas de MH a las 26 misivas de Vicente Aleixandre, por ejemplo. En estos momentos estamos gestionando el envío de buenas copias de, al menos, doce cartas de puño y letra de MH encontradas en archivos chilenos. En definitiva, este libro se presenta como la fijación de textos originales de MH, esto es, que, a partir de ahora, debe citarse a MH con el rigor de esta versión, que se ofrece como la más correcta y definitiva.

¿La presentación en el Instituto Cervantes (IC) le va a dar una difusión más internacional al poeta de Orihuela?
El acto de presentación de ‘La obra completa’ se tramitó directamente con el director del Instituto Cervantes, Juan Manuel Bonet, y su jefe de gabinete, J. M.ª Martínez Alonso. El 24 de abril nos reunimos, en la sede central del Cervantes en Madrid, Lucía Izquierdo, Francisco Escudero, como coordinador del colectivo nacional 75 aniversario de la muerte del poeta, y José Lucas Chaves, jefe de área de Cultura de la Diputación de Jaén. Se acordó, por interés y solicitud del Sr. Bonet, que la presentación estelar de la edición de la editorial EDAF se realizaría en su salón de acto a finales de octubre, en fecha próxima a la de la efemérides del nacimiento de Miguel Hernández, el 30 de octubre. Para la imagen de MH esta presentación significaba un refrendo nacional que trascendería más allá de nuestras fronteras. Personalmente garanticé, ya en abril, que tendría la respuesta positiva de una asistencia que superaría las 250 personas y que debía gestionarse con invitación y control para asegurar el éxito del acto.

¿Le gustó el acto celebrado en Madrid en el que se recordó, por encima de todo, al poeta?
El éxito del acto del, finalmente, día 31 de octubre, martes, fue clamoroso. Hubo palabras de conmemoración de la figura de Miguel Hernández por parte del director del Instituto Cervantes, del alcalde de Orihuela, y cerraron el acto el excelente poeta de la experiencia Luis García Montero y el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo. Se sumó al acto, en gestión personal, nuestro amigo el cantautor flamenco Manuel Gerena, que cantó ‘Las nanas de la cebolla’, unos fandangos y unos martinetes. Las ovaciones de los asistentes pusieron broche de entusiasmo al acto. A mí me correspondió justificar y describir el método de trabajo textual que culminó en este libro, ‘Miguel Hernández. La obra completa’. Quizás la pregunta del epígrafe se refiera a otro aspecto, la gestión de protocolo y entrada a las dependencias del Cervantes, en Madrid, fue notablemente mejorable; si no se refería a esto, olvidemos, por favor, las tres últimas líneas. La presencia del ministro de Cultura marca el valor que la sociedad de hoy concede al poeta de Orihuela, al poeta universal nacido en Orihuela.

El libro, en sus casi 2.000 páginas, ¿aporta datos nuevos sobre la figura de Miguel Hernández?
El libro se edita en un tomo, es un alarde de magnífica edición, con dos registros o marcadores de hilo, un papel de especialísima textura, riquísimamente ilustrado, con guardas, etc. No es incómodo: es más, quizás, un libro de mesa que un libro de bolsillo, pero tenemos a todo Miguel Hernández, que es lo importante. ¿Si aporta datos novedosos? Por supuesto. Muchos. Aporta lo suficiente como para tener a nuestro alcance lo necesario para conocer el alcance de la obra de MH y de su vida ejemplar, cómo representa un hito en la historia de la literatura en español, cómo se le reconoce en el extranjero y, sobre todo, abre nuevas interpretaciones valiosísimas para resaltar que MH es un escritor de profundo calado y de valores humanos, un escritor de su tiempo, avanzado a su tiempo y vigente hoy. ¿Quién no se emociona leyendo o escuchando ‘El niño yuntero’ o ‘El vals de los enamorados y unidos hasta siempre’.

¿Estarán los responsables del Ayuntamiento oriolano contentos con esta obra y su trabajo?
No lo sé. Supongo que lo puedo intuir. Nuestro homenaje consiste en haber fijado el texto definitivo del todo MH y en leer, comprender y vivir el espíritu hernandiano adecuado a nuestra realidad cívica y de consumidores de buen arte. He aquí un insólito libro de arte lleno de palabras: un preciado y lujoso libro de regalo que habla de nosotros y de la oportunidad de visitar Orihuela. Ojalá tuviera Orihuela un Centro de Interpretación-Museo (CIM) moderno, para invitar aún más a conocer esta ciudad dichosa de pasajes y paisajes hospitalarios. La idea del CIM, oficialmente registrada por mí, queda sometida a criterio de gobernantes con visión de futuro, sin prisas. Porque, como dijo Federico García a Hernández, con motivo de Perito en lunas -original ya en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes-, obsequiado por el alcalde de Orihuela y la Fundación Cultural Miguel Hernández, ‘Los libros de versos, querido Miguel, caminan muy lentamente’.

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