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¿Por qué ese rechazo al término ‘feminismo’?

Es posible que muchas personas ni comiencen a leer al ver este titular. Es tal el desprestigio, nada inocente, del término y el poco deseo de adentrarnos en su significado que la dificultad es doble. Somos conscientes, pero no renunciamos.

Hablar de feminismo supone adentrarte en sus comienzos y en la indignidad en la que estaba sumida la mujer cuando se le negaban sus más elementales derechos humanos.

Es adentrarte en Christine de Pizan y leer, o al menos acercarte a ‘La ciudad de las damas’ y darte cuenta del por qué se ve en la situación de tener que escribir en la Edad Media, cuando por desgracia pierde a su marido, a su padre y queda sin posibilidad de heredar o subsistir. A ella la salvó la formación adquirida.

Es adentrarte en el sufragismo y leer qué demandaban y qué resistencias, ataques y menosprecios tuvieron que soportar, simplemente por reivindicar uno de los más elementales derechos civiles: el derecho al voto.

Es ver a Alice Paul junto a las mujeres encarceladas, alimentadas a la fuerza y acusadas de hechos que no eran más que subterfugios para justificar las tropelías cometidas contra ellas.

Es estudiar la Revolución Francesa y olvidar a Olympia de Gouges que tras leer la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano’, se atreve a escribir la ‘Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana’, y es decapitada por ello.

Es estudiar a CadyStantony Lucrecia Mott y ver cómo se inspiran en la Declaración de Independencia de EE.UU. y redactan la ‘Declaración de Sentimientos de Seneca Falls’, lo cual también fue motivo de mofa y desprestigio.

Es estudiar a Betty Friedan y comprobar que dio en el clavo cuando tras un riguroso estudio llega a la conclusión de que las mujeres no pueden desarrollarse plenamente en los límites de lo doméstico, algo que ni ellas mismas comprenden sufriendo depresiones ante “el mal que no tiene nombre”.

Es comprobar la negación del derecho a la universidad (Concepción Arenal acudía a las clases disfrazada de hombre), luego la negación a otorgarle el título, después la negación a ejercer…

Las resistencias, el coraje y el activismo de todas ellas es el feminismo. No es un movimiento en contra de los hombres, es un movimiento a favor de la Igualdad.

Por fortuna, y con los movimientos actuales, el feminismo va adquiriendo el respeto y la dignificación que siempre mereció y eso nos resulta muy gratificante. Mujeres y hombres van adquiriendo conciencia de esta nueva realidad.

Un recuerdo especial a nuestra querida sufragista Clara Campoamor Rodríguez.

Desde Mujeres por Mujeres Jacarilla 2012 apostamos por la formación, única manera de comprender y avanzar en el feminismo.

Anunciación Belchí.
Coordinadora de ‘Mujeres por Mujeres’

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