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El Centro de Protección recogió cada día una media de tres animales abandonados el pasado año

El Centro de Protección Animal de Orihuela (CPA) vive en estas fechas uno de sus momentos más tranquilos del año en espera de que llegue primavera o verano, meses en los que se produce el mayor número de abandono de animales. Sus 9 trabajadores y trabajadoras saben lo que les espera, aunque no desisten en su interés por dar el mejor trato a todos los animales que reciben.

Las cifras hablan por sí solas. En las instalaciones ubicadas en la pedanía de San Bartolomé fueron recogidos el pasado 2018 un total de 620 perros, 556 gatos, 2 equinos y 10 palomos, además de diversos roedores como cobayas y hámsteres.

La cantidad de animales recogidos no se ha reducido desde hace más de tres años, según explican en el centro. Lo que sí ha cambiado es que, «cada vez, hay más animales identificados con el microchip».
Afortunadamente, la cifra de adopciones se mantiene alta, con lo que volvieron a encontrar un hogar 444 perros y 387 gatos, además de que todos los roedores salieron del centro con nuevo dueño. Por otra parte, gracias al empeño de los trabajadores del centro y al interés de sus dueños, estos recuperaron 143 canes, mientras que tan solo un gato fue reclamado por su propietario.

Actualmente y como es de suponer, la actividad en el Centro de Protección Animal de Orihuela es incesante día tras día para atender a los 152 perros, 222 gatos, 1 burro, 1 poni, 6 cerdos y 7 palomos, aunque en el caso de perros y gatos, casi la mitad están en casas de acogida temporal en espera de adopción.

Son los propios trabajadores del CPA, con la ayuda de algunos voluntarios, quienes se ocupan de publicar en redes sociales la foto y datos de los animales que buscan un nuevo dueño. Una información que ofrecen también a través de la página web de la asociación ASOKA, actual gestora de estas instalaciones.

La campaña puesta en marcha por la Concejalía de Sanidad durante la pasada Navidad con el lema ‘Los animales no son un juguete’, consiguió su objetivo, «porque se recogieron menos cachorros que otros años». Aun así, se sigue apelando a la tenencia responsable.

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