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El déficit de taxis en Orihuela Costa desata este verano innumerables quejas entre los usuarios

Disponer de un taxi a ciertas horas del día en Orihuela Costa requiere tener mucha paciencia. La suficiente para tener que esperar hasta una hora de pié en la parada de taxi a que llegue nuestro turno. La estampa no es nueva y se viene repitiendo a diario desde antes del verano en puntos como el centro comercial Zenia Boulevard, en las playas más concurridas como La Zenia y Campoamor, e incluso para los visitantes alojados en los hoteles del litoral oriolano, donde conseguir un taxi «es muy difícil» como repiten varios usuarios que no dudan en calificar esta situación como «de vergüenza». Pero también está el residente o visitante que no tiene vehículo y que, ante la necesidad de desplazarse, ha de requerir los servicios de un taxi, aunque afortunadamente para esa persona puede esperar en su domicilio a que llegue el vehículo.

Los redactores de este periódico han podido conocer que las quejas son innumerables y a diario en lugares como el centro comercial, los hoteles y entre quienes pacientemente esperan la llegada del taxi. Las colas son casi continuas en Zenia Boulevard entre las 18 y las 22 horas y prácticamente todos los días, algo que también «da muy mala imagen turística del municipio», como nos aseguran unos visitantes desplazados desde Torrevieja y que, a última hora de la tarde se quejan de la dificultad para volver.

El problema no es nuevo en Orihuela Costa y se viene arrastrando desde hace años. De hecho, Activa ya publicó en 2015 esta situación y poco se ha hecho desde entonces por parte de la administración local, competente para incrementar el número de licencias de taxi, que actualmente son 42 para todo un municipio con 90.000 personas empadronadas. De esos 42 taxis, uno se dedica casi exclusivamente a transportar a personas hasta los juzgados, dos hacen lo propio en diferentes mutuas sanitarias y uno está asignada la licencia a una empresa de autobuses, con lo que quedarían 38 en servicio público. De ellos, 20 están asignados a la costa oriolana, donde en la época estival se calcula que residen más de 250.000 personas, aunque reciben el apoyo de algo más de una docena que se desplazan desde la ciudad.

Muy por debajo de la ratio
La media nacional es de un taxi por cada 1.000 habitantes, y en Orihuela el promedio refleja que hay un taxi por cada 2.400 habitantes, contando solo con los 90.000 empadronados, y sin contar que la población se triplica en verano, lo que deja bien claro el déficit de licencias. Como ejemplo, Torrevieja tiene algo más de 100.000 empadronados y dispone de más del doble de taxis que Orihuela, unos 100 vehículos.

El Ayuntamiento de Orihuela concedió las últimas licencias de taxi en el año 2005. Desde entonces las urbanizaciones han crecido y se levantó el centro comercial de La Zenia, con lo que se mantiene el mismo número de licencias desde hace unos 12 años. Otro dato que hemos conocido es que la última venta de licencia alcanzó los 240.000 euros.

En contra de dar más licencias
La solución «es complicada y no está en aumentar el número de licencias», como asegura Julio Zambrana, presidente de la Asociación de Taxistas de Orihuela Costa, para quien la aglomeración de personas en el litoral durante el verano y a determinadas horas es «algo inevitable». Según afirma, Orihuela Costa cambia radicalmente de invierno a verano y en el supuesto de aumentar las licencias se pregunta «¿qué vamos a hacer en invierno cuando el trabajo se reduce considerablemente? Porque en invierno somos suficientes».
Pese a que estos días los taxistas se afanan por dar el mejor servicio con rapidez, tienen también en contra la densidad del tráfico, especialmente en la carretera nacional y en las entradas y salidas del centro comercial, calificado por el representante de los taxistas como «un auténtico embudo». Tampoco son fáciles los accesos a algunas playas, «donde entrar y salir en hora punta puede suponer más de media hora», como admite.

El Área de Prestación Conjunta
Acometer una reestructuración del servicio de taxi en el municipio es una asignatura pendiente de los últimos gobiernos. La Concejalía de Transporte es conocedora del problema y lleva meses preparando la adhesión de Orihuela a la denominada Área de Prestación Conjunta ‘Vega Baja Interior-Litoral’, algo que se pretende conseguir «para este mismo verano», según la nueva concejal delegada, Begoña Cuartero.

Con esta fórmula que regula la Consellería de Transportes, serían nueve los municipios que participarían con la libre circulación de taxis por una zona que incluiría a Benejúzar, Benferri, Bigastro, Jacarilla, Los Montesinos, Orihuela, Pilar de la Horadada, Rafal y San Miguel de Salinas, sumando unos 60 vehículos. Las asociaciones oriolanas de taxis de la ciudad y de la costa están de acuerdo en probar con esta fórmula. Para Julio Zambrana, «algo se va a mejorar», mientras que para la concejal «será algo beneficioso para todos los municipios, especialmente para Orihuela en verano». Cuartero sabe que los taxistas no quieren más competencia y apuesta por aparcar el aumento de licencias en espera del resultado, aunque no descarta hacerlo «si este paso no aporta una solución al problema que ahora tenemos en Orihuela Costa».

«Hay más de un centenar de taxis ‘pirata’»
Son una de las mayores pesadillas para los taxistas desde hace algunos años. Si estos tienen sus licencias, los coches con chófer tienen las suyas propias. Por un lado estarían los famosas VTC o vehículos turismo con conductor; pero también se enfrentan a los conocidos como «taxi pirata» y que, según el presidente de los taxistas de Orihuela Costa, Julio Zambrana, «en esta zona podrían superar el centenar». Afirma que «hacen más viajes que los taxis legales sin pagar los impuestos que pagamos nosotros», y asegura que si se acabara con ellos, «aquí se podrían autorizar entre 10 y 20 licencias más».

La Policía Local de Orihuela intenta actuar contra este intrusismo en el sector, «que crece porque entre sus amigos, conocidos e incluso clientes recomiendan llamarles a ellos» pero, aunque ya se les conoce, «es difícil pillarles cuando el cliente paga el servicio». La situación es complicada, «aunque entre ellos mismos se denuncian para eliminar competencia y conseguir así mayor clientela», explica Zambrana.

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