El Consorcio de residuos de la Vega Baja sigue avanzando en el modelo con el que se desarrollará la futura planta de transferencia que se ubicará en Orihuela, para lo que el presidente de la entidad, Manuel Pineda, y el director general del Cambio Climático Ambiental, Joan Piquer, han mantenido una reunión con el alcalde oriolano, Emilio Bascuñana, con el objetivo de ultimar detalles de la puesta en marcha de estas instalaciones adscritas a la solución transitoria.
Según ha explicado el responsable autonómico, las tres administraciones han alcanzado un principio de acuerdo para solicitar a la empresa pública Vaersa, que gestionará los residuos de la Vega Baja, la aplicación de las bajas económicas necesarias en la gestión de las obras, a favor de los vecinos del Consorcio. Además, también van a solicitar a la mercantil el planteamiento de alternativas adicionales para el desarrollo de instalaciones auxiliares, como un ecoparque fijo, zona de transferencia de algas, entre otras cuestiones, que se ubicarán en Orihuela, en terrenos con análisis previo de viabilidad ambiental, de compatibilidad urbanística y accesibilidad territorial por distancias. Asimismo, los asistentes a la reunión han acordado que Orihuela tendrá al menos un ecoparque fijo y otro móvil, pudiendo ampliarse el número de instalaciones si el Ayuntamiento pone a disposición terrenos compatibles urbanísticamente.
Por otra parte, y tomando en consideración las posibilidades y necesidades urbanísticas de cada municipio y de distancia, “se van a llevar a cabo trabajos conjuntos previos para la firma de convenios de colaboración con los ayuntamientos”, según ha manifestado Manuel Pineda. En este sentido, las instituciones van a buscar la colaboración de todas las partes implicadas, para generar las compatibilidades adicionales necesarias en las parcelas necesarias.
En la reunión, los tres responsables también han acordado la ampliación de estudio de alternativas, “para otras instalaciones de la solución transitoria del Consorcio, con una gestión colaborativa de todos los implicados”, como señala Piquer, y la posibilidad de replanteamiento de las instalaciones de transferencia, para convertirlas en ecoparques fijos u otras instalaciones auxiliares, en un futuro.
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